viernes, 27 de diciembre de 2013




Por eso yo ya me voy,
no quiero tener nada que ver 
con esa fea relación de acción,
construcción-destrucción


(de los paseos a Viña con Ariel, mientras escuchamos el Re y pololeamos) 







Dondequiera que voy las personas están echando a perder sus vidas. Cada cual tiene su tragedia privada. La lleva ya en la sangre: infortunio, hastío, aflicción, suicidio. La atmósfera está saturada de desastre, frustración, futilidad. Rascarse y rascarse... hasta que no quede piel


                                                                                                                       Trópico de Cáncer, H. Miller.




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